El modo en la que concebimos cómo debe de ser una oficina, cuándo trabajar o desde dónde hacerlo son decisiones que los trabajadores tienen cada vez más en cuenta a la hora de elegir una compañía u otra para desarrollar su carrera profesional.
Gracias a los desarrollos tecnológicos, la viralidad asociada a las nuevas tecnologías y a la necesidad cada vez mayor de contar con una fuerza laboral global, independientemente de las fronteras geográficas, el modelo de trabajo tradicional seguirá experimentando cambios. Esta revolución viene de la mano de la tecnología, que nos dota de herramientas que permiten maximizar la productividad a la vez que respetan y fomentan la vida personal. Las tecnologías disponibles en la actualidad siguen ofreciendo a los empleados un margen de maniobra aún mayor para trabajar desde cualquier parte del mundo, sin que ello afecte a su productividad. En esencia, hoy en día ya no es necesario que un empleado esté físicamente presente en un lugar de trabajo en particular o que tenga una larga jornada de trabajo, con horarios rígidos y por lo general ineficientes.